Cuando el Futuro Drena al Presente

Las primeras planas de la prensa global informan hoy sobre el impacto en el consumo de recursos provocado por la construcción y operación de centros de datos destinados al desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA). Los reportes indican que esta actividad está generando escasez y, en algunos casos, interrupciones en el suministro de electricidad y agua en diversas comunidades.

La Escasez de Recursos a Nivel Global

La situación se documenta en múltiples geografías, lo que indica un patrón recurrente. Países como Irlanda, Chile y Sudáfrica son mencionados en los reportes como lugares que experimentan presión sobre su infraestructura de servicios básicos debido a la demanda de los centros de datos.

Este fenómeno se traslada a la esfera nacional. En Querétaro, los efectos de la escasez de agua y energía, en relación con la operación de centros de datos, se han manifestado en los siguientes eventos:

  • Educación: La cancelación de clases.
  • Salud Pública: La propagación de enfermedades estomacales.
  • Atención Médica: La imposibilidad de administrar oxígeno a un paciente en una clínica por falta de energía.

Estos centros requieren grandes volúmenes de agua para la refrigeración de los servidores que procesan el big data y alimentan los modelos de IA. Su alta demanda energética también ejerce tensión sobre las redes de suministro eléctrico locales.

El Marco de la Regulación y la Planificación

La expansión de la infraestructura de IA presenta un desafío en la planificación de los servicios públicos. La necesidad de grandes volúmenes de energía y agua por parte de estas instalaciones obliga a considerar su impacto en la disponibilidad de recursos para el resto de los consumidores y servicios, incluyendo hospitales y escuelas.

La información periodística de hoy subraya la necesidad de abordar el impacto que el desarrollo tecnológico a gran escala ejerce sobre la infraestructura existente. La planificación del crecimiento de estos centros de datos debe considerar la capacidad hídrica y energética de las zonas que los albergan, así como el riesgo de desplazamiento de recursos hacia el sector tecnológico en detrimento del consumo humano y de servicios esenciales.

El debate se centra en cómo las políticas públicas y la regulación corporativa pueden gestionar la demanda de recursos asociada al desarrollo de la Inteligencia Artificial para asegurar la estabilidad en el suministro de servicios públicos. (eseeseleon@gmail.com)